Muchas personas (entre ellas me incluyo) en algún momento hemos prometido un sinfín de cosas ¿quién no ha prometido bajar la luna?, ¿bajar las estrellas? y ¿quién no ha prometido estar en las malas y las buenas?, me imagino que más de uno, pero al momento de decirlas ¿¿¿le damos verdadera importancia???
Mi experiencia me ha demostrado que la mayoría de las veces al momento de prometer algo, no se miden las consecuencias, que la mayoría de las veces más allá de estar seguros y convencidos de todo lo que decimos, el único fin es hacer sentir segura a la persona que nos está escuchando, sin pensar que en el momento menos pensado la vida te pondrà a prueba.
Así que para evitar eso, procura ser sincero en todo momento, no prometer más de lo que no puedas cumplir, y solo así la vida no te tomara por sorpresa a la hora de cumplir tus promesas.